domingo, 3 de enero de 2010

Investigadores comprueban llegada de navegantes polinesios prehispánicos al sur de Chile


Académico de la Universidad de Valparaíso corroboró, gracias a un estudio de ADN realizado en los primeros huesos de gallina prehispánica encontrados en el sur de Chile, que los antiguos exploradores polinesios visitaban el territorio mapuche antes de la llegada de los españoles a América.
Nada menos que transportados en canoa desde la Polinesia, llegaron al sur de Chile los primeros ancestros de la llamada “gallina araucana”. Esto, que hasta hace poco era nada más una teoría, fue finalmente comprobado gracias al estudio “Radiocarbon and DNA Evidence for Pre-Columbian Introduction of Polynesian Chickens to Chile”.

El estudio, recientemente publicado por la Academia de Ciencias de Estados Unidos, fue desarrollado por los profesores Alice Storey, del Departamento de Antropología de la University of Auckland, Nueva Zelanda; José Miguel Ramírez, de la Universidad de Valparaíso; Daniel Quiroz, de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos; David V. Burleys, del Departamento de Arqueología de la British Columbia University de Canadá; David J. Addison, del Institute of Samoan Studies, de Estados Unidos; Richard Walter, del Departamento de Antropología de la Universidad de Otago; Atholl J. Anderson, de la Research School of Pacific and Asian Studies, de la Universidad Nacional de Australia; Terry L. Hunt, del Departamento de Antropología de la Universidad de Hawaii; J. Stephen Athens, del Internacional Archaeological Research Institute de Hawaii; Leon Huynen, del Institute of Molecular BioSciences de la Massey Universitu de Nueva Zelanda, y Elizabeth A. Matisoo-Smith, del Departamento de Antropología de la University of Auckland, Nueva Zelanda.

Según explica el arqueólogo José Miguel Ramírez, director del Centro de Estudios Rapa Nui de la Universidad de Valparaíso, el interés por los contactos transpacíficos comenzó con su primera experiencia en Rapa Nui, en 1987, invitado por el propio Thor Heyerdahl. En el año 1990, un proyecto Fondecyt le permitió iniciar los estudios para evaluar la hipótesis opuesta a la de Heyerdahl, pero sin resultados concluyentes. “Los paralelismos en una serie de elementos culturales pueden deberse a desarrollos independientes –indica el académico-. Entre los mapuche prehispánicos se había descrito una serie de artefactos de supuesto origen polinésico (proyectiles de obsidiana llamados mataa, esculturas antropomorfas de piedra, piedras grabadas, clavas, una docena de palabras, entre las que destaca toki), y aun restos biológicos humanos con caracteres polinesios en la isla Mocha, pero sin contextos confiables”.

Quince años después, un proyecto auspiciado por la Universidad de Valparaíso le permitió volver a uno de los temas pendientes: la gallina araucana. El destino permitió que un grupo de colegas descubriera en un conchal de Arauco los primeros huesos arqueológicos de gallina, aunque no percibieran su importancia en ese momento. Fue el estudio del ADN el que corroboró la teoría: “En la Universidad de Auckland, la doctora Matisoo-Smith ha venido estudiando el ADN del ratón polinésico, como indicador de la colonización del Pacífico por los antiguos polinesios. Su alumna Alice Storey comenzó a trabajar con huesos de gallina, y encontró huellas genéticas de la gallina polinésica en los restos arqueológicos de Arauco. La fecha se comprobó a través del hueso mismo, claramente prehispánico”, señala el académico de la UV.

La gallina llegó a Europa desde Asia, señala Ramírez, añadiendo que “cuando llegaron los españoles, se sorprendieron de que acá hubiera gallinas, y eso lo dejaron registrado en sus escritos. Sin embargo, no había registro arqueológico. Además, es importante recalcar que sólo se ha encontrado en el sur de Chile, entre los mapuches, y no en otras zonas del país. Hace unos cien años se comenzó a pensar en un contacto polinesio mapuche, y gracias al ADN de la gallina comprobamos esta teoría”.

Los huesos de gallina encontrados en Arauco fueron fechados entre los años 1300 y 1400 después de Cristo. Es muy probable que los polinesios llegaran al sur de Chile mucho antes, hacia el 1200, cuando se produjo su expansión hacia el este. Algunos llegarían hasta Rapa Nui, y otros pudieron seguir hacia el sureste, hasta las costas del territorio mapuche. “Los polinesios –explica el profesor Ramírez- eran grandes exploradores, y pudieron llegar en sus excepcionales catamaranes, o en simples canoas de tablas cosidas, como las que se encuentran en Chiloé y en California, donde se postula una conexión con Hawaii, en el extremo norte del triángulo polinésico. Las corrientes marinas y los vientos del oeste durante el fenómeno de El Niño apuntan directamente al territorio mapuche. Para los propios polinesios, esos largos viajes no sólo fueron posibles, sino que están registrados en su tradición oral”.

Las huellas genéticas de los huesos de gallina de Arauco los vinculan claramente con Tonga, desde donde comienza la colonización del Pacífico oriental. “Con esto –destaca José Miguel Ramírez- lo que antes era una anécdota se abre como un tema en serio, y representa un cambio de paradigma: hay que revisar todo el material que era supuesto, y abrir nuevos estudios, que de seguro conducirán a nuevos descubrimientos”.

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